Resumen
Cuando una familia estadounidense va invitada a pasar un fin de semana en la idílica finca campestre de una encantadora familia británica que conocieron en unas vacaciones, lo que comienza como una escapada de ensueño pronto se convierte en una retorcida pesadilla psicológica.
No hables con extraños llega a la gran pantalla para ratificar el enorme talento de James McAvoy.
Speak no evil, como se ha titulado en su versión original, es el remake de una película danesa que, aunque no conserva algunos detalles secundarios como la procedencia de los personajes, logra del mismo modo mantener una tensión extenuante hasta el último minuto de los créditos.
La trama es a priori sencilla: dos familias con hijos se conocen durante unas vacaciones en Italia. Ambos modelos de paternidad muestran una mirada distinta de lo que es tanto la crianza como la propia filosofía de vida. Por un lado, tenemos a una pareja completamente liberal e inhibida que parece albergar una gran cantidad de peculariedades. Por otro, se nos muestra una familia mucho más convencional, acomodada y estricta, obsesionada con el éxito y con una serie de problemas conyugales que se irán descubriendo. Unos meses después de las vacaciones en cuestión, el personaje interpretado por James McAvoy invita a los encarnados por Scoot McNairy y Mackenzie Davis a pasar un fin de semana en su granja. Desde el inicio se construyen ciertas situaciones que muestran al espectador que no es oro todo lo que reluce conduciéndoles a una sensación de perplejidad, incomodidad y hasta desesperación en ciertos puntos de la cinta.
Si bien las interpretaciones son excelentes, tanto las de los adultos como las de los niños, Alix West Lefler y Dan Hough, uno de los elementos que más destacan de la ejecución de la premisa son los atractivos diálogos. A parte de desarrollar una serie de reflexiones, dobles sentidos e ironías excelentes en el personaje de Paddy, se percibe como hay una mirada más profunda propia de una serie de temas trascendentales que no son tan comunes en este tipo de producciones. Es decir, si bien es un largometraje que alterna el suspense con el terror psicológico, también trata otros asuntos como la maternidad, la infidelidad, el exceso de confianza en un mundo individualista y la masculinidad.
En aspectos técnicos no es una narrativa que impresione o destaque. La utilización de los exteriores es limitada puesto que toda la historia se desarrolla entre esos escenarios italianos en el inicio del film y la casa granja de los anfitriones. Lo mismo ocurre con el vestuario y el propuo diseño de la producción. No es ningún secreto que el encanto se encuentra, en realidad, en la propia sucesión de los acontecimientos. En el relato en sí. En general, es una película más que atrapante. Incluso con su duración de 110 minutos, casi dos horas, no da la sensación de que sobre metraje ni de que la acción transcurra lenta. Las interacciones entre los personajes, las escenas dramáticas y de terror son las que más impactan en el público. De un segundo a otro puedes pasar de emitir una carcajada a dar un pequeño salto en la butaca por un elemento inesperado.
Aun así, a pesar de que No hables con extraños consigue con nota su objetivo, si es cierto que está lejos de ser perfecta. En varios momentos, la trama y los acontecimientos futuros se hacen predecibles y hasta el propio plot twist de la cinta es en cierto modo imaginable. Por eso mismo, si hubiese que determinar qué es lo mejor y lo peor del film, está bastante claro que su punto más fuerte, a parte del guión, es la calidad de las actuaciones que son simplemete sublimes. En contraposición, su punto más debil es precisamente el mencionado en el párrafo anterior: la facilidad con la que el público puede acertar los hechos venideros y hasta el final específico.
No obstante, esto último no es un motivo por el que no merezca la pena el visionado del largometraje. Al fin y al cabo, esta ficción te introduce tanto en el clima tenso y aterrador que se convierte en una experiencia más que recomendable. Sobre todo si es en VOSE y en una gran pantalla.
Nota: 8.5/10.