Resumen
Elvira lucha contra su hermosa hermanastra en un reino donde la belleza reina suprema. Ella recurre a medidas extremas para cautivar al príncipe, en medio de una despiadada competición por la perfección física.
El cuento de La Cenicienta mas oscuro y gore jamás contado
En un panorama cinematográfico donde la subversión de los cuentos de hadas se ha convertido en una tendencia, «La Hermanastra Fea» (título original: Den stygge stesøsteren) emerge como una obra que va mucho más allá del mero giro oscuro. La ópera prima de la directora noruega Emilie Blichfeldt es un anticuento de hadas brutal y sin concesiones, que utiliza el terror corporal (body horror) como un bisturí afilado para diseccionar la obsesión social por la belleza y los destructivos cánones estéticos impuestos a la mujer. Inspirada en la versión más sangrienta de Cenicienta de los Hermanos Grimm, la película se estrena en cines el 17 de octubre y se posiciona como una de las sátiras más incómodas y visualmente impactantes del año, obligándonos a mirar la fealdad detrás del mito de la perfección.
La Hermanastra Fea» (título original: Den stygge stesøsteren) es el aclamado debut de la directora noruega Emilie Blichfeldt. Se trata de una reinvención satírica y sangrienta del clásico cuento de Cenicienta, que utiliza el género del body horror (terror corporal) como vehículo para una crítica feroz a los opresivos estándares de belleza femenina impuestos por la sociedad patriarcal. La película se estrena en cines el 17 de octubre.
Contexto
La película se enmarca en una reciente ola de body horror dirigido por mujeres, como la exitosa «La Sustancia» de Coralie Fargeat, donde las narrativas de terror utilizan la mutilación, la transformación grotesca y la enfermedad del cuerpo para denunciar la violencia estructural del ideal de belleza. Blichfeldt se inspira directamente en la versión más oscura del cuento de los Hermanos Grimm, donde las hermanastras de Cenicienta llegan a cortarse partes del pie para calzar el zapato de cristal, llevándolo al extremo.
«La Hermanastra Fea» forma parte de una notable oleada reciente de cine de terror dirigido por mujeres que emplea la destrucción o mutación del cuerpo para exponer ansiedades y violencias de género. Se establece una conversación directa con películas como «Raw» (Julia Ducournau) y, más inmediatamente, con «La Sustancia» (Coralie Fargeat). Si estas últimas usan la metamorfosis biológica o tecnológica como crítica, Blichfeldt se centra en la mutilación auto-impuesta y la decadencia biológica como resultado directo de la presión social, situando la película dentro de la tradición del terror corporal noruego/nórdico que a menudo tiene un toque gótico y áspero.
El contexto fundamental es la realidad social donde el valor de la mujer está directamente ligado a su apariencia. La película no necesita monstruos sobrenaturales; el monstruo es la presión sistémica para alcanzar estándares de belleza imposibles.
Trama
Ambientada en un indeterminado y opulento reino de cuento de hadas con toques góticos, la historia se centra en Elvira (Lea Myren), la hermanastra «fea» y rellenita, que compite desesperadamente con su increíblemente bella hermanastra Agnes (Thea Sofie Loch Næss) por la atención del Príncipe Julian. Su codiciosa madre, Rebekka (Ane Dahl Torp), la somete a regímenes brutales y procedimientos quirúrgicos cada vez más extremos. En este universo, la belleza no es solo un adorno, sino la única vía de ascenso social y supervivencia económica. La obsesión de Elvira la lleva a una pesadilla de automutilación y podredumbre, mientras el deterioro de su cuerpo se refleja en la decadencia moral de su entorno.
El Body Horror (Terror Corporal) es un subgénero del cine de terror que se centra en la destrucción, degeneración, mutilación o metamorfosis grotesca del cuerpo humano. Su terror no reside en una amenaza externa (como un monstruo o un fantasma), sino en la traición del propio cuerpo, que se convierte en la fuente de la amenaza, el asco y la angustia. Este género explora la fragilidad de la forma humana y la ansiedad sobre la identidad, la enfermedad, el envejecimiento y la tecnología.
los temas centrales que siempre se sacan a relucir en este tipo de peliculas del genero son Pérdida de Identidad donde la transformación física distorsiona la identidad psicológica del personaje. La carne deja de ser un hogar para convertirse en una prisión o algo ajeno. Ansiedad Tecnológica donde Miedo a la fusión del cuerpo con la máquina, o a los avances científicos y médicos que invaden y alteran la biología. Crítica de Género/Sociedad donde El cuerpo femenino (o masculino) es atacado o modificado por presiones sociales, estándares de belleza o expectativas de rol. Enfermedad y Decadencia donde La inevitabilidad de la decadencia biológica, la enfermedad, el envejecimiento o la mutación como parte inherente de la vida.

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Dirección y Puesta en Escena
Emilie Blichfeldt demuestra ser una cineasta audaz con una visión formal muy sólida. Logra mezclar tonos con maestría: la película oscila constantemente entre el terror más visceral, la comedia negra y el drama psicológico. Su puesta en escena está cargada de simbolismo, utilizando la suciedad, los gusanos y los fluidos corporales como alegorías del precio de negar la decadencia natural y la autoaceptación. El contraste entre la opulencia de la casa y la repulsiva putrefacción que la invade es un acierto visual que refuerza el mensaje.
Blichfeldt utiliza una dirección que contrasta lo gótico/opulento del reino de cuento de hadas con la miseria visceral del body horror. Esto crea una disonancia cómica y aterradora a la vez. La cámara enfatiza los detalles repugnantes (los gusanos, los pies mutilados) dentro de un marco de vestuario suntuoso y escenarios palaciegos. La dirección es implacable al mostrar los procedimientos estéticos de Elvira no como cirugías, sino como actos de tortura. Blichfeldt obliga al espectador a presenciar la violencia del cuerpo que se moldea a la fuerza, haciendo de la búsqueda de la belleza un espectáculo gore.
Su Tono Nihilista y Comedia Negra, donde un tono frío y de comedia negra incluso en los momentos más sangrientos. Al no moralizar ni suavizar el horror, Blichfeldt logra que la audiencia ría nerviosamente mientras se revuelve, cumpliendo la función satírica del género: el absurdo de la obsesión estética se refleja en el absurdo de la sangre y el pus.
El Cuerpo como Símbolo de la Casa: La dirección establece un paralelismo continuo y alegórico entre el cuerpo de Elvira y su hogar. A medida que el cuerpo de la protagonista se descompone por las cirugías, la casa familiar se pudre (cadáveres sin enterrar, moscas, suciedad). Blichfeldt dirige el espacio para que actúe como una extensión del tormento interno.

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BSO (Banda Sonora Original)
La música (compuesta por Vilde Tuv y Kaada) acompaña el tono esquizofrénico de la película. La BSO mezcla melodías que evocan los cuentos de hadas clásicos y el gótico centroeuropeo con pasajes disonantes y atmosféricos que intensifican el terror y el absurdo. Ayuda a crear una atmósfera de pesadilla retorcida y subraya la incomodidad de la trama.
Interpretaciones
El éxito de una fábula tan visceral y dependiente del cuerpo como «La Hermanastra Fea» reside en la credibilidad del tormento físico y psicológico de sus personajes. En este sentido, la película se apoya en un reparto magnífico que logra humanizar lo grotesco, destacando un par de actuaciones centrales que son el corazón podrido de la trama. Desde la protagonista que se somete a una autolaceración literal y figurada, hasta la madrastra que encarna la crueldad del sistema, las interpretaciones son un pilar que eleva la crítica social de la película más allá del mero espectáculo gore.
- Lea Myren (Elvira): Es la estrella absoluta. Su trabajo es una declaración de intenciones, ofreciendo una actuación compleja y muy física. Logra transmitir la desesperación, la ingenuidad y el delirio autodestructivo de su personaje. La evolución de Elvira, de joven insegura a criatura grotesca, es astronómica y la actriz se deja la piel.
- Ane Dahl Torp (Rebekka, la Madrastra): Brillante en su papel de madrastra codiciosa y fríamente utilitaria. Su actuación encapsula la forma en que el sistema patriarcal convierte a las propias mujeres en verdugos, obligando a sus hijas a competir.
- Agnes, La Hermanastra Bella (Interpretada por Thea Sofie Loch Næss): Es el ideal inalcanzable. Agnes es intrínsecamente bella y, por lo tanto, no necesita esforzarse, contrastando con el sufrimiento físico de Elvira. Es, irónicamente, la más pasiva y ajena al infierno que vive su hermanastra. Representa el privilegio innato y cómo el sistema recompensa a quienes nacen cumpliendo los estándares de belleza, independientemente de su carácter o esfuerzo. Su belleza es su «pase libre» en la sociedad, y su presencia intensifica el dolor y la envidia de Elvira.
- Alma, La Hermana Menor (Interpretada por Flo Fagerli): Es la única figura que muestra genuino afecto y preocupación por Elvira, a menudo en contraste con la fría crueldad de Rebekka. A través de sus ojos, vemos el horror de la situación sin la motivación de la ambición. En un mundo de egoísmo despiadado, Alma es la semilla de la humanidad y el afecto incondicional. Su vínculo con Elvira sugiere que hay alternativas a la competición impuesta.
- Príncipe Julian (Isac Calmroth): No es el Príncipe Azul romántico. Es una figura de poder superficial y desinteresado. Simboliza el objeto de deseo vacío, el trofeo por el que Elvira está dispuesta a mutilarse. Su existencia es la justificación de todo el sufrimiento femenino.

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Conclusión
«La Hermanastra Fea» es una película valiente, inteligente y despiadada. Es una deconstrucción necesaria del ideal de belleza y una mordaz crítica al mercado que alimenta la tortura estética. Aunque su mensaje puede ser a veces subrayado y el final es deliberadamente desolador, su valentía formal y su energía subversiva la convierten en una de las propuestas más frescas y memorables del terror contemporáneo. Es una experiencia incómoda, brutalmente honesta y, extrañamente, bella en su fealdad.
Lo Mejor: La brillante y comprometida actuación de Lea Myren. La audacia del body horror práctico como herramienta satírica. La potente y sólida dirección de Emilie Blichfeldt.
Lo Peor: El mensaje, aunque impactante, puede resultar predecible para el público familiarizado con el género. Algunos momentos de comedia negra caen en lo excesivamente obvio.
Nota: 8’5
A Continuación os dejamos el trailer de la pelicula que llega hoy a los cines


