Resumen
La película Black Phone 2 (2025) es una secuela ambientada en 1982, cuatro años después de que Finney Blake lograra matar al secuestrador y asesino en serie conocido como "The Grabber". Finney, ahora marcado por el trauma, junto a su hermana menor Gwen, que tiene habilidades psíquicas, comienzan a tener visiones relacionadas con asesinatos ocurridos en un campamento cristiano en las Montañas Rocosas. Decididos a descubrir la verdad, viajan junto con Ernesto, un amigo, al campamento donde trabajó su madre, que también tenía dones psíquicos y fue víctima del asesino.
La Secuela que Cambia el Terror Realista por la Ambición Espectral
El estreno de «Black Phone 2», dirigida nuevamente por Scott Derrickson, se enfrentaba al dilema clásico de toda continuación exitosa: ¿Cómo expandir una historia que culminó de manera perfecta y cerrada? La película original, basada en el relato de Joe Hill, brilló por su terror contenido, su atmósfera opresiva de los años 70 y la perfecta síntesis entre trauma realista y lo paranormal.
Esta secuela, sin embargo, opta por una ruta arriesgada. En lugar de replicar la fórmula, se aventura en el terreno del terror sobrenatural puro, transformando la película de un thriller de secuestros con fantasmas, a un drama psicológico con espectros vengativos. Es la ambición de Blumhouse por crear una franquicia la que impulsa esta nueva llamada, y aunque la película es formalmente impecable y dramáticamente sólida, la respuesta no siempre resuena con la claridad de la primera vez. Es una expansión valiente, aunque en ocasiones, menos enfocada.
Contexto: De Relato Corto a Franquicia Moderna
La primera entrega de The Black Phone (2021), dirigida por Scott Derrickson y basada en un cuento de Joe Hill, fue un éxito rotundo al mezclar el terror realista de secuestros (con ecos de la década de 1970/80) con un elemento sobrenatural bien dosificado. Su atmósfera opresiva y su enfoque en el trauma resonaron en un cine de terror actual que, gracias a productoras como Blumhouse, busca narrativas con mayor profundidad psicológica.
Black Phone 2 llega en un momento donde el terror mainstream se siente cómodo expandiendo universos (como M3GAN o Expediente Warren). Sin embargo, el desafío de esta secuela era mayúsculo: la historia original estaba cerrada y cualquier continuación se sentía, para muchos, innecesaria. La película asume el riesgo de responder a esta «llamada forzada» expandiendo el mito de ‘El Captor’ y las habilidades psíquicas de Gwen.

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Trama: Expansión Sobrenatural y Lucha contra el Legado
La trama se sitúa cuatro años después de la confrontación final con ‘El Captor’. Este lapso es crucial: permite que el trauma se asiente en los personajes principales. Finney Blake (Mason Thames) ya no es el niño indefenso; es un adolescente que intenta (sin éxito) reprimir su pasado, cayendo en hábitos de evasión. La trama utiliza a Finney para explorar las consecuencias a largo plazo de la violencia y la supervivencia.
El mayor cambio narrativo es el desplazamiento del foco hacia Gwen (Madeleine McGraw). Su habilidad clarividente se convierte en el motor principal y en una carga. Las visiones del Teléfono Negro ya no son peticiones de ayuda, sino premoniciones activas y aterradoras que la llevan a investigar la desaparición de un nuevo grupo de jóvenes en el campamento de Alpine Lake, un escenario invernal que funciona como una nueva forma de aislamiento.
Al transformar a El Captor en una amenaza al estilo Freddy Krueger, la película gana en alcance sobrenatural y secuencias visuales impactantes (especialmente las oníricas), pero sacrifica parte del terror crudo y realista que hizo tan efectiva a la original. La narrativa se vuelve más ambiciosa, buscando conectar el origen del villano con un misterio familiar, aunque algunos la perciben como excesivamente expositiva y menos orgánica que su predecesora.
El Cine de Terror Actual y la Película
Black Phone 2 encaja en la tendencia del «terror con trauma» y la nostalgia por los 80, pero se inclina más hacia el terror de fantasmas y monstruos. Mientras que la original se sentía como una película de Blumhouse de la vieja escuela (simple, contenida, enfocada en los personajes), esta secuela parece buscar un espacio más amplio, rozando el blockbuster de terror.
Los críticos coinciden en que la película funciona mejor cuando se permite ser extraña y surrealista, especialmente en las secuencias de sueños, que son visualmente deslumbrantes. Sin embargo, su afán por crear una franquicia con reglas definidas a veces limita la ambigüedad y la tensión que funcionaron tan bien antes.

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Dirección y Aspectos Técnicos
Scott Derrickson (Sinister) demuestra una vez más su solidez formal. La dirección es técnicamente sobresaliente, especialmente en el uso de la cinematografía helada del nuevo escenario y en la atmósfera cargada. Las secuencias de sueños son el punto fuerte de la puesta en escena: están filmadas con una textura granulada y un diseño de sonido que acentúan la pesadilla.
No obstante, en su intento por hacer la película «más grande» y expandir la mitología, Derrickson parece tener problemas para mantener el ritmo, haciendo que el metraje se sienta algo alargado o que la tensión decaiga en ciertos tramos expositivos.
Derrickson se enfrenta al reto de mantener su sello autoral (terror emocional y sobrenatural) mientras complace la necesidad de expansión de la franquicia. Su trabajo es notable por su solidez formal y la maestría visual en el nuevo escenario invernal.
Derrickson utiliza el nuevo entorno de Alpine Lake para crear una atmósfera opuesta a la de la primera parte: un terror blanco y helado. Los segmentos oníricos de Gwen son el pico de su trabajo visual, donde se permite ser más abstracto y perturbador. Sin embargo, su dilema narrativo se centra en la necesidad de explicar la mitología, sacrificando la tensión orgánica en favor de la exposición narrativa, lo que debilita el ritmo de la película.
Interpretaciones
A diferencia de muchas secuelas de terror que abandonan o reciclan a su elenco, ‘Black Phone 2’ se beneficia inmensamente del regreso de sus pilares. El reparto no solo retoma sus roles, sino que los evoluciona, ofreciendo un anclaje emocional indispensable para navegar la nueva y más abstracta mitología de la trama
Madeleine McGraw (Gwen Blake), Gwen es la estrella indiscutible y el motor emocional de esta secuela. La película le entrega el arco central, obligándola a madurar rápidamente y a tomar el control de sus poderes. McGraw ofrece una actuación poderosa y feroz, transmitiendo tanto la vulnerabilidad de una adolescente como la determinación de una heroína de terror. Su humor negro y su actitud desafiante se mantienen, pero su angustia y el peso de las visiones la dotan de una profundidad dramática superior a la que tuvo Finney en la original. Su lucha ya no es por encontrar, sino por sobrevivir a sus propios dones.
Mason Thames (Finney Blake), El Finney de esta película es un estudio de trauma post-supervivencia. Es un personaje más pasivo, ensombrecido por el legado de su secuestro. Thames interpreta con convicción la ansiedad, el retraimiento y la culpa del sobreviviente. Su arco se centra menos en la acción y más en la aceptación y confrontación de su pasado. El personaje funciona como un espejo del dolor, pero su relegación a un rol secundario para dar paso a la historia de Gwen es un riesgo narrativo que puede defraudar a quienes esperaban verlo como el protagonista activo.
Ethan Hawke (‘El Captor’), Ethan Hawke sigue siendo hipnótico, incluso bajo capas de maquillaje y, ahora, operando como una fuerza espectral. Aunque su presencia física es reducida por su nuevo estatus de fantasma, logra impregnar las secuencias de sueños de una maldad fría y palpable. Hawke se adapta al material, presentando un villano que es ahora más monstruo de fantasía que un psicópata, lo cual es un cambio artístico interesante, pero que inevitablemente reduce la complejidad psicológica que le dio al Captor humano.
Conclusión y Veredicto
Black Phone 2 es una secuela valiente y ambiciosa que logra justificar su existencia expandiendo la mitología y cambiando el enfoque narrativo. Es técnicamente superior en muchos aspectos y está anclada por actuaciones comprometidas. Sin embargo, en el camino de la expansión, pierde parte de la simpleza y el terror realista tan efectivos de la película original. Se convierte en una cinta de terror sobrenatural sólida y visualmente impactante, pero con una ejecución desigual.
Lo Mejor: La brillante interpretación de Madeleine McGraw. Las impactantes y creativas secuencias de sueños. La atmósfera gélida y la dirección formal de Derrickson.
Lo Peor: La expansión forzada de la trama que sacrifica el terror realista. Ciertos momentos de exposición excesiva que ralentizan el ritmo. Se siente menos urgente que la primera parte.
Nota: 7’5
A continuación os dejamos el tráiler de la pelicula que podéis disfrutar desde hoy en los cines


