Cuando el robo es también todo un arte
Francia sigue conmocionada por el espectacular asalto al Museo del Louvre, donde un grupo de ladrones se llevó una valiosa colección de joyas sin recurrir a tecnología sofisticada ni armas, utilizando un simple montacargas bajo las ventanas del museo. Parte de las piezas han sido trasladadas al Banco de Francia, a 27 metros bajo tierra, mientras se analizan más de 150 rastros de ADN en busca de los responsables. Un golpe tan preciso que ha sido calificado como “el robo del siglo”. Aunque ya hay detenidos, las joyas no han sido recuperadas… de momento.
El caso ha devuelto a la actualidad los grandes atracos del mundo del arte, y “El arte del robo”, disponible bajo demanda en la aplicación de Runtime y en su canal FAST Sangre Fría, es una de las propuestas más interesantes del streaming para quienes quieren adentrarse en el lado más audaz y enigmático del arte.

Su primera temporada consta de seis capítulos. En El gran golpe, se reconstruye el robo de tres cuadros —un Rembrandt y dos Renoir— valorados en más de 50 millones de dólares en el Museo Nacional de Estocolmo. Por su parte, El mayor atraco del mundo revive la desaparición de trece obras maestras, entre ellas un Vermeer y varios Rembrandt, del Isabella Stewart Gardner Museum de Boston, un caso que sigue sin resolverse treinta años después.
En El falsificador y el estafador se desvela la alianza entre un compositor frustrado y un hábil timador, dos estafadores que lograron vender muchas falsificaciones a museos británicos, mientras que La búsqueda del grito repasa las dos sustracciones de la icónica obra de Edvard Munch en 1994 y 2004.

Una serie imprescindible que revela cómo el arte, la ambición y el crimen siguen entrelazándose en historias tan sofisticadas y sorprendentes como el propio robo del Louvre.


