«Presence» atrapa a los espectadores en el Festival de Sitges

El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges ha dado inicio a su 57ª edición con una inauguración estelar. La película Presence, dirigida por el aclamado Steven Soderbergh, ha sido la encargada de abrir el festival, y el propio director ha asistido personalmente para presentar su obra ante un público que no dudó en dedicar varios aplausos, no solo al final, sino durante la proyección de la película.

Durante su comparecencia, Soderbergh compartió su visión sobre el proyecto: «El cine tiene el poder de conectar realidades que a menudo pasamos por alto. Quiero que el público salga de la sala sintiéndose diferente, como si hubiera vivido una experiencia auténtica». Además, resaltó el hito que consigue el cine y es tener a cientos de personas haciendo una sola cosa a la vez. Los aficionados al cine fantástico no son los únicos que han disfrutado enormemente de este film, sino que los principales medios nacionales ya han mostrado su entusiasmo sobre la película del director ganador del Oscar®.

Presence se estrenará próximamente exclusivamente en cines, ofreciendo a los espectadores la oportunidad de sumergirse en esta innovadora experiencia cinematográfica.

Soderberg, que reinventa el cine de fantasmas como apunta ya algún crítico, nos sumerge en un drama familiar sobrenatural que es observado por una presencia que habita en la casa a la que se acaban de mudar Rebekah (Lucy Liu), Chris (Chris Sullivan) y sus hijos Chloe (Callina Liang) y Tyler (Eddy Maday). Y ese es precisamente el aporte diferencial de esta película, pues toda la experiencia es vivida desde el punto de vista de esta presencia.

Sinopsis:

El ganador del Oscar® Steven Soderbergh (Ocean’s Eleven; Traffic; Erin  Brockovich) presenta una nueva experiencia del cine de terror. Rebekah (Lucy Liu), su marido (Chris Sullivan) y sus hijos comienzan a experimentar fenómenos inexplicables tras mudarse a su nueva casa. Las extrañas presencias que se manifiestan a su alrededor les harán cruzar la delgada línea entre la realidad y la percepción.